¿Sabías que… Caesar Augusto fue el fundador de Caesaraugusta?
(primera parte)
Antecedentes
Eneas huye de Troya llevando a su padre y a su hijo
Girolamo Genga (1476-1551)
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Según cuenta la
leyenda, Eneas (héroe e hijo de la diosa Venus) pudo escapar con algunos
supervivientes de la guerra de Troya y tras muchas aventuras llegar a las
costas de Italia, allí fundó una ciudad. Su hijo, Julos, fundó tiempo después
Alba Longa, una ciudad en los Montes Albanos en el centro de Italia, donde
nacieron los que luego serían los fundadores de Roma., Rómulo y Remo. De ese
Julos se decía que procedía la familia de los Julios, es decir, de todos los
que llevaban ese “apellido”, descendientes de la diosa Venus.
Desde su
fundación (753 a.C.) Roma fue gobernada por reyes pero en el año 509 a.C. los
nobles echaron al último rey y proclamaron la República (res publica = los
asuntos públicos). Todos los cargos se elegían a partir de entonces por
votación, aunque sólo tenían acceso a ellos las familias nobles que poseían
grandes riquezas. Cada año se elegían dos cónsules (jefes civiles y militares)
y el resto de los cargos entre las familias más ricas e influyentes. Por otra
parte, los nobles con más prestigio formaban el Senado (de senatus o senex, es
decir, ‘anciano’ en latín, asamblea o consejo de sabios que en realidad daba
las órdenes a los cónsules y decidía las leyes). Con este sistema se aseguraban
de que nadie tuviera el poder absoluto para siempre y pudiera perjudicar al
resto de las familias en la lucha de poderes. El pueblo llano (ciudadanos de
Roma), trabajadores, campesinos, artesanos, etc. no contaban para nada, excepto
para para ir a la guerra de marzo a octubre (guerras de temporada para
conquistar territorios vecinos o para saquear las ciudades próximas, de las
cuales los ciudadanos obtenían una
pequeña parte o botín).
Aunque la
expulsión de los reyes se produjo porque estos abusaban de su autoridad, sin
embargo la nueva aristocracia romana siguió sus pasos y de nuevo se produjeron
abusos de poder. Por ese motivo, los llamados plebeyos romanos, es decir, la
clase trabajadora, amenazó con dejar de trabajar para los nobles y formar otra
ciudad aparte. Finalmente, la aristocracia romana cedió a sus exigencias y así
lograron incorporarse poco a poco a los cargos públicos. Estas disputas duraron
muchos años.
Roma fue
conquistando todos los territorios de Italia y mantuvo guerras con los pueblos
vecinos, especialmente con la potencia de Cartago (en el norte de África) a la
que venció, apoderándose de todos sus territorios incluidos los que tenía en
España. Los romanos entraron en la península ibérica en 218 a.C. y ya nunca se
marcharon. A partir de entonces los
nobles romanos se enriquecieron muchísimo y comenzó una etapa de abusos y
corrupciones mientras la población se empobrecía cada vez más. Los pequeños
campesinos tenían que malvender sus tierras y marcharse a Roma a buscar trabajo
donde pasaban a formar parte de una plebe con muy pocos recursos.
Por fin llegamos
a la familia de Cayo Julio César, una de las más antiguas pues eran
descendientes de ese Julos hijo de Eneas, pero que a principios del siglo I a.
C. estaba bastante arruinada. Estar arruinado en Roma, por muy alto que fuera
tu linaje, suponía que no ibas a poder acceder a ningún cargo importante,
porque para poder acceder a cualquier cargo y, sobre todo al más alto como era
el de cónsul, además de pertenecer a la nobleza hacía falta tener mucho dinero.
Dinero para la campaña electoral, dinero para ofrecer juegos y festejos que
agradaran al pueblo, dinero para sobornar a los que tenían que votar o dinero
para comprar a quien pudiera ayudarte a conseguir el cargo que te interesaba.
Julio César se quedó huérfano muy pronto y no tenía mucho dinero, pero sí una
ambición y una inteligencia enorme.
Julio César
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Julio César fue
escalando peldaños, obteniendo cargos y gobernando prácticamente sólo, pues
Craso estaba en Oriente, dirigiendo la expedición contra los partos (Partia) y
Pompeyo en Hispania.
El Senado, por
supuesto, hacía lo que podía para deshacer este acuerdo y cuando la hija de
César, la mujer de Pompeyo, murió al tener su primer hijo, Pompeyo volvió a
aliarse con el Senado, poniéndose a partir de entonces en frente de César.
Julio César no
consintió que se le dejara de lado y como tenía los ejércitos con los que había
estado luchando en la Galia comenzó la guerra civil.
Julio César venció finalmente
a Pompeyo en la guerra civil, el cual huyó a Alejandría (Egipto) donde pensaba
que lo iban a proteger, pero en ese momento los herederos al trono (la
jovencísima Cleopatra y su hermano Ptolomeo) mantenían una lucha dinástica.
Ptolomeo, creyendo que alagaría al romano vencedor (César) mandó matar a
Pompeyo antes de pisar suelo egipcio (28 de septiembre del año 48 a.C.). A
Julio César no le agradó semejante decisión, había sido su aliado y yerno,
aunque a partir de este momento comenzará su gobierno único pues consiguió que
el Senado le nombrara dictador. En Alejandría conoció a Cleopatra y la hizo su amante, pues él ya estaba casado.
En todo este
ambiente de luchas por el poder nació el nieto de su hermana menor, Cayo
Octavio (César Augusto). Julio César tenía dos hermanas (las mujeres en Roma
adquirían siempre el “apellido” del padre como nombre y se llamaban todas
igual; se las distinguía añadiendo ‘la mayor’ o ‘la menor’ o por sobrenombres o
apodos): Julia ‘la mayor’ y Julia ‘la menor’. Julia ‘la menor’ fue la abuela de
Cayo Octavio (César Augusto), por lo tanto Julio César era su tío-abuelo.
María José Germán
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