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PUERTA DE TOLEDO (Mercado Central) PLAZA DEL MERCADO CENTRAL
Derribada en 1848 (en la actualidad)
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Pasear por el centro de la ciudad una mañana cualquiera, cuando en las calles se mezcla el olor a café de los bares con el de las aceras recién bañadas, es siempre un verdadero placer. Si es un día laborable puedes encontrarte con distintos grupos de chiquillos dispuestos a hacer su visita guiada por las ruinas de una Zaragoza que nació “augusta” y romana; si es un día festivo, tropiezas con gentes, españolas o extranjeras, que miran a lo alto de alguna torre mientras un guía grita en cualquier idioma unas directrices que admirar. Pero cuando ves a los grupos, atentos a la explicación, rodeados de edificaciones recientes e impersonales es inevitable pensar, ¿tendrán la imaginación suficiente para hacerse una idea del lugar que están visitando?
Quizá alguien que
no se interese demasiado por la Historia, el Arte o la vida de aquellas gentes,
vea a Zaragoza como una ciudad moderna, bonita y abierta al futuro. Sin
embargo, qué es hoy en día si la comparamos con lo que fue: cabecera regional
del Convento Jurídico Caesaraugustano, reino independiente hacia
el siglo XI (la Taifa de Saraqusta),
capital del Reino de
Aragón desde el siglo XII, etc., etc.
¿Puede un turista advertir algo de ese
esplendor que tuvo la ciudad en otras épocas? La respuesta es: difícilmente.
La grandeza de sus palacios y de sus
gentes se la llevaron en algunas ocasiones las guerras y las revoluciones, pero
sobre todo, y, esto es lo peor, la especulación y la indiferencia que el siglo
XX legó a la Historia.
Se puede
comprender, por supuesto, que a lo largo de los años cambiaran las
circunstancias, los modos de vida e incluso las modas, pero difícilmente se
comprende que se destruya el Patrimonio histórico para beneficio de unos pocos.
Esos monumentos
desaparecidos a partir de 1900, por ser la época más reciente, eran obras de
arte del Renacimiento aragonés o de estilo mudéjar tan característico de Aragón
e, incluso, algunos fueron declarados Monumentos Nacionales mientras los derribaban;
pondremos sólo unos pocos ejemplos:
MONUMENTO
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DERRIBO
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CASA DE
GRABIEL ZAPORTA
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1903
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CONVENTO
DE LAS RELIGIOSAS DOMINICAS DE SANTA FE
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1908
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TEATRO
PIGNATELLI
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1911
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CASA DE
JUAN DE COLOMA
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1921
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IGLESIA
DE SANTIAGO
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1918
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IGLESIA
DEL CONVENTO Y COLEGIO DE SAN PEDRO NOLASCO
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1930
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IGLESIA
DE SAN ANDRÉS
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1931
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PALACIO
DE TORREFLORIDA
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1942
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PALACIO
DE LOS MARQUESES DE AYERBE
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1942
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ARCO DE
SAN ROQUE
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1942
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CONVENTO
DOMINICO SAN ILDEFONSO
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1958
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CONVENTO
DE LOS TRINITARIOS DESCALZOS
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1960
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CONVENTO
DE SANTA LUCÍA
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1967
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CASA
FACI
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1967
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CONVENTO
DE LAS CARMELITAS DESCALZAS DE SANTA TERESA DE JESÚS
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1970
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CONVENTO
DE ESCLAVAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
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1971
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ANTIGUA
UNIVERSIDAD LITERARIA DE ZARAGOZA
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1967
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CAPILLA
DE PEDRO CERBUNA
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1973
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CASA
MODERNISTA en Sagasta
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1976
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Zaragoza es hoy una ciudad moderna (no del todo porque el plan que había
para derribar las calles del tubo y abrir una vía hasta el Pilar no se llegó a
hacer), pero a costa de qué. Las autoridades no tuvieron en cuenta los gritos
desesperados de arquitectos, historiadores, profesores de arte, periodistas y
demás personas que defendieron el Patrimonio de Zaragoza mientras veían cómo se
derrumbaba el casco histórico de la ciudad, ese mismo que ahora hay que
imaginar a través de una aplicación del móvil.
Nuestro padre, el dibujante Luis Germán, que nació en Zaragoza en 1915, fue
uno de aquellos que pudieron ver cómo se iba transformando la ciudad y cómo
caían los edificios uno tras otro. Cuando paseábamos con él siempre nos
recordaba los lugares interesantes de su juventud, ahora poblados por entidades
bancarias, supermercados, restaurantes o academias. Tal vez sus explicaciones han hecho
posible que ahora queramos llenar estas páginas de esos recuerdos que muchos zaragozanos
ignoran, estando firmemente convencidas de que desean que sean también sus
recuerdos.
María José Germán
María José Germán
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