MEMORIAS
JOSÉ DE PALAFOX (1994)
Edición,
introducción y notas
Herminio Lafoz Rabaza
Ayuntamiento
de Zargoza
Cuadernos
de Cultura Aragonesa, 15
Cuadernos
de Zaragoza
Número especial
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José de Palafox y Melcí |
Si queremos recordar hoy este libro es porque dentro de unos días José de Palafox y Melcí (1), duque de Zaragoza, cumpliría 245 años. Nació en Zaragoza un 28 de octubre de 1775 en la casa de la calle Labata, muy cerca de la catedral de La Seo.
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Casa de Palafox en la actualidad, vista desde S. Vicente de Paúl |
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Calle de Palafox, en la actualidad |
(En este enlace de flickr se puede ver el gran patio que tenía: Patio de la casa de los Lazán en 1947)
Hoy día este caserón se encuentra en el nº4 de la calle de Palafox, junto a San Vicente de Paúl, aunque de la casa original apenas queda otra cosa que la fachada, debido a una reforma integral que la convirtió en viviendas y oficinas (no sabemos por qué no se llevó a cabo la idea de crear en este lugar un museo de Los Sitios, como en alguna ocasión se propuso).
No pretendemos en esta ocasión hablar de la
biografía de Palafox, ni de sus hazañas, que por otra parte se pueden encontrar
en la abundante bibliografía sobre la Guerra de la Independencia, sino que
queremos centrarnos en este libro editado por Herminio Lafoz.
Nos dice Lafoz en la Introducción qué fue lo que le
llevó a trabajar sobre el tema de las Memorias: “preparando una biografía de
Palafox encontró varios manuscritos que hacían referencia a sus memorias” y
trató de organizar todos los textos. La tarea de Lafoz no debió ser fácil,
aunque quiero suponer que sería muy interesante tener en la mano todos esos
legajos.
Los archivos de José Palafox habían llegado a
Zaragoza de una forma muy curiosa tal como cuenta el propio José García
Mercadal (2) y que el editor recoge en la introducción. Encontrándose este periodista en Madrid en
1919, visitó una librería de lance, frente al teatro Eslava donde el
propietario había comprado a uno de los descendientes de Palafox nada menos que
30 cajones conteniendo sus archivos, papeles que habían ido pasando de heredero
en heredero hasta su venta.
García Mercadal (3) se quedó tan atónito cuando los vio,
que inmediatamente escribió al alcalde de Zaragoza para que el ayuntamiento los
comprara. El alcalde, Pedro Calvo, hizo una suscripción popular y se pudieron
reunir 6.000 pesetas de las 10.000 que pedía el librero. Lafoz nos muestra en
un apéndice al final del libro las cartas recibidas por el alcalde.
De esta manera llegó el archivo de Palafox a
Zaragoza, pero no fue hasta muchos años después, 1966, cuando se publicaron las
Memorias con una introducción de José García Mercadal por la editorial Taurus.
En este libro de Herminio Lafoz se presenta un
trabajo de reconstrucción de la historia acoplando las versiones que él encontró
y clasificándolas para dar una continuidad a los hechos.
Pasando ya a las Memorias propiamente dichas, tengo que decir que resultan un tanto decepcionantes. Palafox, dando por supuesto que se conocen los hechos, se limita a justificar su actuación a lo largo de su vida, diciendo continuamente que él siempre se comportó de una manera correcta en todas las decisiones que tuvo que tomar, pero deja al lector con las ganas de conocer de primera mano unos hechos tan importantes para la ciudad.
José de Palafox se nos ofrece a los espectadores de
siglo XXI como una persona ambigua. Por una parte, lo encontramos como un ciego
servidor de Fernando VII y del Antiguo Régimen, aunque por otra es una persona
“cercana al pueblo”, capaz de convencer al monarca de desviarse en su viaje
para hacerle venir a Zaragoza y pasearse sentado junto al Rey, en el mismo
carruaje, mientras le muestra las ruinas de la ciudad y le habla del heroísmo y
la pobreza de sus gentes. Según parece, Palafox no quiso engalanar las calles,
sino que colocó en los márgenes de las mismas, para que pudieran verse bien, a
los tullidos, los niños y las viudas, mientras le explicaba al Rey que esas
eran las verdaderas glorias de Zaragoza. Tal vez su educación ilustrada le
hacía pensar en “todo para el pueblo,
pero sin el pueblo”.
A través de sus Memorias vemos a un José de Palafox desencantado,
que recibe críticas de ambas partes de la política, sin llegar a alcanzar los
méritos que cree tener por la defensa de su Rey y de su país.
(1) José de Palafox fue el tercer hijo de los marqueses de Lazán y Cañizar, familia muy relacionada con la realeza. Nació en Zaragoza el 28 de octubre de 1775 y tuvo como profesor y preceptor al Padre Basilio Boggiero. A los dieciséis años entró en la compañía flamenca de los Reales Guardias de Corps. El 25 de mayo de 1808 el pueblo le nombró gobernador de Zaragoza y capitán general de Aragón. Entonces declaró la guerra a Francia. Tras el asedio de Zaragoza fue hecho prisionero y conducido a Francia, estuvo en Vincennes hasta diciembre de 1813 que con la firma del tratado de Valençay regresó a España. Falleció el 15 de febrero de 1847 en Madrid. Durante la conmemoración del 150 aniversario de los Sitios de Zaragoza, el 7 de junio de 1958, sus restos fueron trasladados desde el Panteón de Hombres Ilustres de Madrid hasta la cripta de la basílica del Pilar de Zaragoza, donde se encuentra actualmente.
(2) José García Mercadal,
periodista y escritor zaragozano, por Juan Domínguez Lasierra.
(3) José García Mercadal
recibió del Ayuntamiento de Zaragoza la medalla de oro de la ciudad por haber
descubierto y adquirido el archivo de José de Palafox.
María José Germán
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