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Las cigüeñas

¿Sabías que... Zaragoza es un paraíso para las cigüeñas? 

El popular refrán “Por San Blas, la cigüeña verás…” ha perdido todo su significado y Zaragoza se ha convertido en un paraíso para las cigüeñas

Hoy es 3 de febrero, festividad de San Blas y según indica el refrán en esta fecha deberíamos ver a las cigüeñas1 al haber regresado de su emigración invernal, ¿las hemos visto, están aquí?





Pues sí, aunque, en realidad, no hemos dejado de verlas durante todo el invierno, para ser más exacta durante todos los inviernos desde  hace décadas...   

Y es que cada vez más crece en la Península el número de cigüeñas que no emigran, que ya no realizan ese larguísimo viaje de más de 3.000 km con el fin de pasar el invierno en las cálidas y lejanas tierras del África subsahariana para encontrar los alimentos que la dureza invernal de antaño les impedía conseguir aquí. Hoy el popular refrán que señalaba el regreso de las cigüeñas de sus “cuarteles de invierno” ha perdido todo su significado.


Pero ¿por qué ya no emigran? ¿qué hace que una especie migradora como ésta pierda ese hábito?  Dos poderosas razones son las que han hecho cambiar las costumbres de nuestras cigüeñas, las dos debidas, al menos en parte, a la acción humana.

La primera de ellas es que el clima está cambiando y en nuestro país los inviernos son ahora mucho menos duros que antaño, tan sólo alguna esporádica ola de frío nos hace recordar cómo fueron en otras épocas.

En cuanto a nuestra ciudad, el cambio climático también se deja notar, se han suavizado los inviernos y su situación a tan sólo 200 msnm hace que las temperaturas negativas sean muy escasas, que la nieve se convierta en una pura anécdota y que las densas y heladoras nieblas de mi niñez cada vez sean menos abundantes.

Sin duda, todos estos cambios del clima son favorables para las cigüeñas, pero existe otro factor todavía más importante que sumado al anterior determina que estas aves se quede con nosotros todo el año: el vertedero municipal.




Nido de cigüeñas en su habitat natural
Y es que las cigüeñas, como buenas  “oportunistas”, han encontrado en la enorme cantidad de basuras que produce Zaragoza (casi 700.000 habitantes) una inmensa e inagotable fuente de materia orgánica de la que proveerse durante todo el año, pasando a un segundo plano su alimentación “natural” compuesta de invertebrados, roedores, lagartijas, ranas, peces…, que encuentra en nuestros ríos y galachos.


Por eso ya no necesitan viajar a África en busca de los lugares que les proporcionaban los alimentos que la dureza de los inviernos de antaño les impedían encontrar aquí. La confluencia de todos estos factores, bonanza climática, agua, regadíos, comida abundante y variada… han cambiado los hábitos de nuestras cigüeñas hasta convertir a Zaragoza es un paraíso para estas aves.


Si esta afirmación les resulta difícil de creer, pueden fácilmente comprobar que no exagero recorriendo los 14 km de la carretera de Castellón (A-68), que unen nuestra ciudad con la población de El Burgo de Ebro, en este tramo de la autovía se han llegado a contabilizar más de 150 nidos de ocupación estable, que se convierten en 200 si seguimos contando hasta llegar a Pina de Ebro.


Y es que resulta que ese tramo de carretera es ideal para la nidificación de estas aves, al encontrarse en un punto medio entre las orillas del Ebro (su hábitat natural), el vertedero municipal (al SE de la ciudad) y la Reserva Natural de los Galachos2, verdaderamente es un lugar perfecto, en un corto vuelo ¡lo tienen todo¡
Buscando comida en un humedal


Por si esto fuera poco, a lo largo de ese tramo hay numerosos postes de luz, perfectos sustitutos de los árboles, para construir sus pesados nidos en un alarde de equilibrio sin igual. Pero la cantidad de postes es limitada y la gran demanda de éstos logró que el overbooking hiciera su aparición, pero las cigüeñas solucionaron rápidamente el problema, encontraron en las  catenarias del ferrocarril que transcurre más o menos paralelo a la carretera, más lugares perfectos para nidificar. 


Las poblaciones que atraviesa este tramo de carretera tampoco escapan a esta gran ocupación y la tradicional construcción de nidos en las torres de las iglesias de La Cartuja, El Burgo, Fuentes, Quinto… es ahora masiva, algunas torres tienen tantos nidos y tan pesados, que ha hecho temer la caída de alguno con el consiguiente peligro que eso supone. Porque los nidos de cigüeña pesan mucho, las parejas que los ocupan les añaden cada año nuevas ramas lo que los hace cada vez más voluminosos y pesados. Los más antiguos a veces son tan grandes que pueden tener más de dos metros de diámetro y pesar una tonelada, sí, he dicho bien, hasta una tonelada.


Cigüeñas en un gran nido
Durante los últimos 50 años las poblaciones de cigüeña blanca en Aragón han experimentado un gran aumento, causando los consiguiente problemas y conflictos en distintas poblaciones; por esta razón en 1994 la AsociaciónNaturalista de Aragón, ANSAR, (Ansar Verde, pág. 91) firmó un convenio con la DGA para trabajar en la retirada de nidos que podían caer provocando graves daños, descargar nidos viejos de gran tamaño, instalar plataformas artificiales para favorecer las nidificaciones en lugares más adecuados, etc, a la vez que realizar controles sanitarios de las aves, censos y anillamientos. Esta labor ha sido llevada a cabo en todo Aragón a lo largo de 26 años.


Durante todo este tiempo, en ANSAR, asociación de la que formo parte, los comentarios, anécdotas e informaciones sobre las cigüeñas eran conversación habitual, máxime siendo varios de nuestros amigos los encargados de realizar las labores citadas.  Siempre se decía que para ver grandes bandadas de cigüeñas había que ir al  vertedero, así que un buen día varios amigos de la asociación, aficionados a las aves como yo, decidimos ir allí para verlas “en su salsa”, fotografiarlas y hacer hasta un pequeño vídeo.


Conforme nos íbamos acercando al lugar, el desagradable olor iba invadiendo el interior de los coches, llegamos a un punto en el que la vista era algo sensacional, cientos de aves (al menos esa impresión me dio) de diversas especies, gaviotas, córvidos, buitres, milanos… y como no, bandadas de cigüeñas, buscaban restos orgánicos entre las montañas de basura.

Paramos entusiasmados, preparé la cámara y como el olor esa nauseabundo tuve que armarme de valor para salir del coche. Cuando estuve fuera el hedor era tan insoportable que superó con creces mis grandes deseos de hacer fotos y tan rápidamente como salí volví a entrar. Todos reaccionamos por igual y nos alejamos de allí sin apenas fotografiar nada, el espectáculo es magnífico, insuperable, eso sí, hay que ser capaz de soportar el olor o llevar escafandra.

Por eso, no les recomiendo visitar el vertedero, para ver cigüeñas es infinitamente más agradable recorrer la carretera de Castellón, aficionados o no a las aves la visión no les defraudará, decenas de nidos desfilan a derecha e izquierda.

Y visto todo lo visto volvemos al comienzo, el refrán “Por san Blas la cigüeña verás…” ha perdido toda su veracidad, ya no emigran nuestra cigüeñas  ¿para qué iban a hacerlo?  Inviernos suaves, alimentos y agua abundantes, a falta de árboles postes de luz y catenarias y para colmo un basurero donde encontrar cuerdas, cintas, plásticos y hasta fregonas… para hacer más cómodos los nidos a sus cigoñinos.

Todo eso ha convertido a Zaragoza en un paraíso para nuestra cigüeña blanca.

¡A ver quien da más¡

                                                                                                                    Rosa M. Germán


1.- La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) es la que habita en nuestra tierra. Para más información: https://www.seo.org/ave/ciguena-blanca/
2.-   La Reserva Natural Dirigida de los Sotos y Galachos del Ebro es un espacio de 1563,8 hectáreas, 12 km. río debajo de la ciudad de Zaragoza. El paisaje de la Reserva se caracteriza por el sinuoso devenir del río Ebro y sus galachos (antiguos meandros abandonados que deja el río en su movimiento), los sotos de ribera y los campos de cultivo.



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